jueves, 29 de mayo de 2008

LA PELEA ES OTRA


Cada día es más notorio que la pelea entre el ‘campo' y el gobierno es una pelea entre capitalistas. Disputan la enorme torta que crea el trabajo de los obreros del campo y de la ciudad, el que agacha el lomo en la finca o en la chacra, y el que se gasta las manos y los ojos en la industria y en los laboratorios. Les importa un bledo que los salarios sean miserables, que los trabajadores estén en negro y que los niveles de pobreza hayan vuelto a crecer, incluso entre los que tienen trabajo.A los obreros nos aplican una ‘retención móvil' que no deja de funcionar ni siquiera un segundo - la inflación- , pero ni el ‘campo' ni el gobierno discuten abolirla.Ningún jerarca pide para esto una ‘mesa de diálogo'. Todas las retenciones, móviles o no, las pagamos los trabajadores con menor salario y una mayor carestía, del mismo modo que pagamos con mayores impuestos los subsidios o la eliminación de retenciones. Si a un patrón del campo se le pregunta por qué sus trabajadores están en negro, en seguida encuentra razones: dice que sólo de este modo puede competir contra los más grandes.Si el mismo reclamo se le hace al gobierno, contesta que sólo con el trabajo en negro de los docentes y estatales llega a obtener un ‘superávit fiscal'. Para los capitalistas el mundo funciona a mano única. Desde el pejotismo anacrónico, Kirchner dio a entender el otro día, como si el Presidente siguiera siendo él, que modificaría las retenciones a las exportaciones agropecuarias en forma ‘unilateral'. Lo que quiso decir es que va a ceder a gran parte del reclamo de la patronal agraria para que una porción mayor de los disparados precios internacionales de los alimentos vayan a sus bolsillos. Se pone severo porque va a ‘arrugar'. Mientras tanto, nos enteramos, por boca del mismo ‘campo', que no solamente ellos evaden con el trabajo en negro: también en los puertos privados se roba al fisco por mil millones de pesos al año. Y que las cerealeras falsifican sus declaraciones juradas para embolsarse cifras similares.Son éstos los que tienen que pagar: las cerealeras y puertos evasores, la patronal que explota a trabajadores en negro. Sin embargo, ninguno de los líderes populares del agro plantea esta reivindicación, por la sencilla razón de que defienden intereses patronales. La crisis en curso lleva ya demasiado tiempo para que permitamos que funcione como medio de distracción. Tenemos que ir por lo nuestro. Lo firmado en las paritarias ha sido un fraude: la inflación se acerca al 30 por ciento y la burocracia firmó por 20 - esto en el mejor de los casos. Que se reconvoquen las paritarias con delegados elegidos en asamblea.Aumento general de salarios y jubilaciones; ajuste por inflación.Por un doble aguinaldo en junio.Que paguen los patrones negreros del campo y de la ciudad, criollos y extranjeros.

El peronismo no es como los gatos


A Cristina le salió un gobierno paralelo


Cuanto más se subraya la concurrencia masiva al acto agrario de Rosario, más se destacan no ya sus limitaciones sino su estrechez y, por sobre todo, su carácter conservador.
300.000 personas amuchadas no movieron un milímetro el amperímetro social y político del acto, que en ningún momento se apartó del reclamo de anulación de las retenciones móviles. En el diario Crítica (25/5), un dirigente de la Federación Agraria había denunciado una evasión "entre 700 y 800 millones de dólares por los puertos granarios libres del cordón de Rosario", pero frente al monumento a la Bandera nadie se acordó de reclamar su renacionalización. Los puertos privados son la piedra central de la hidrovía que baja del Paraguay al Plata, financiada enteramente con dinero de los contribuyentes, con la yapa de un incremento de la deuda pública. El mismo dirigente dijo que "la FAA siempre marcó claramente su oposición al modelo de agricultura sin agricultores que representan Urquía y Grobocopatel", pero nadie se acordó de eso en Rosario para reclamar la nacionalización de la tierra o la aplicación de impuestos progresivos y confiscatorios a los fondos de inversión agropecuarios. Al revés, De Angeli reivindicó una "Argentina exportadora" - el santo y seña de Dreyfus, Cargill, Monsanto, Repsol, Pérez Companc, Soros y Grobocopatel. El chacarero entrerriano reivindicó a toda la cadena - la ‘patria agropecuaria'-, con exclusión de los trabajadores del campo. Una "Argentina exportadora" supone la salida por el Paraná de la cosecha de soja de Paraguay; o sea, la política de expulsión campesina de sus tierras más allá de las fronteras. Desde la multitud tampoco nació ningún reclamó fundamental, lo que significa que asistió a la concentración perfectamente adaptada a sus limitaciones. El ‘apoyo a los chacareros contra los terratenientes', con el cual una parte de la izquierda se encolumnó detrás del capital agrario, es una construcción puramente fantasiosa de gente que ya ni se acuerda de cuándo perdió el rumbo. En lugar de defender el planteo contra las retenciones, la izquierda debería denunciarlo como un factor de distracción de los problemas agrarios, que son el acaparamiento de los superbeneficios por parte de los grandes pulpos y la superexplotación del obrero del campo. Pero los oradores de Rosario no tuvieron siquiera necesidad de recurrir a la demagogia: la anulación de las retenciones es su único programa. Alguien aludió al ‘federalismo' por simple tributo a los lugares comunes que caracterizan al medio pelo argentino, pero por sobre todo porque el federalismo le permite pagar chauchas y palitos por el impuesto inmobiliario rural y negrear a los trabajadores del campo.
Cristina capitana
Pero el bochorno del día se lo llevó el acto de la Presidenta, que en Salta no provocó ni siquiera el entusiasmo del gobernador anfitrión. Allí aprendió que al aparato pejotista de Salta lo maneja Romero, no Urtubey. El mitin oficial dejó al desnudo el fracaso de la refundación kirchnerista del pejotismo y la crisis del gobierno. Lo que abroqueló después al oficialismo frente a los ruralistas no fueron los discursos del ‘campo' en Rosario, sino la necesidad de disimular el vaciamiento del PJ y la incapacidad de convocatoria del gobierno. Quedó de manifiesto que Cristina Kirchner no puede pilotear un acuerdo con las entidades patronales del agro y que es el mascarón de proa de un gobierno en las sombras. En su momento advertimos sobre la aventura de "cambiar de caballo en medio del río"; ahora tenemos abiertamente ‘un doble comando'. La reunión de la directiva del PJ que denunció a las entidades agrarias el martes, funcionó como el verdadero gabinete oficial.
La conspiración que acecha al kirchnerismo opera desde del justicialismo. Con sospechosa uniformidad los voceros del ‘campo' empezaron a recordar que muchos chacareros son peronistas y que hasta ellos mismos votaron al ‘frente por la victoria'. Los adversarios del matrimonio denuncian la irregularidad del ‘doble comando' y exigen que el ex presidente vaya al frente y se convierta en jefe de Gabinete. Busti, Solá, Reutemann, Schiaretti, De la Sota, Duhalde, Romero y Barrionuevo son una buena ‘masa crítica' para poner en marcha el operativo que arruine electoralmente al kirchnerismo el año que viene y lo deje como ‘pato cojo' para el Bicentenario. Néstor Kirchner revivió un monstruo que lo consumirá con método y armoniosamente.
La crisis ha dejado planteada una fractura gubernamental. Como Presidente, Néstor K. evitó las reuniones de gabinete, pero el martes presentó una suerte de dirección colectiva del PJ. La lectura de la respuesta al "campo" por parte de Capitanich significó la presentación de un gobierno paralelo. Este régimen sustituto pretende hacer ahora una modificación unilateral de las retenciones, para salir del callejón del ‘diálogo' esquivo. Aunque pueda producir algunas divisiones en las ‘entidades', no habrá de satisfacer a la patronal rural. Además pondrá fin a la coherencia del planteo oficial y a su pretensión de redistribuir ingresos.
Para sumar, restan
Es claro a esta altura que la campaña de ‘diálogo' que lanzaron hace dos semanas las centrales empresarias, el clero y Clarín ha fracasado. Sin embargo, la burguesía no ha elaborado un programa alternativo capaz de integrar los planteos de la patronal agraria. Los Techint, Brito y compañía siguen sosteniendo al gobierno y su política de peso sub-valuado, pero no olvidan la importancia que tiene para ellos el mercado agrícola. El Banco Central está gastando una fortuna para sostener la cotización de los bonos de la deuda argentina en poder de los bancos y el precio del dólar. Solamente una crisis que derribe el mercado exportador podría hacer cambiar de frente a los principales sectores de la burguesía.
Es probable que asistamos a una reanudación de la campaña anterior, pero no por el ‘diálogo' sino por la ‘tregua', si es que las modificaciones unilaterales que resuelva el gobierno habilitan esa posibilidad. O sea que habrá compromisos inestables y que seguirá, en especial desde el peronismo, la crisis política. Las concesiones a la patronal agraria provocarán mayor encarecimiento de los alimentos, pero la precariedad de la ‘tregua' seguirá profundizando la inestabilidad financiera.
Porque la cuestión central es que la crisis mundial ha creado desequilibrios de una magnitud extraordinaria, en especial respecto de los bancos, el crédito y el encarecimiento fenomenal de los alimentos. La combinación de quiebras e inflación habrá de caracterizar el próximo período. Será la madre de todas las crisis políticas. Esto es lo que debemos tener en cuenta, fundamentalmente, los trabajadores, en especial cuando las burocracias sindicales siguen firmando convenios por varios puntos debajo de la carestía. Pero lo que importa, por sobre todo, es que la crisis ha devuelto actualidad a la cuestión estratégica, o sea del poder. No hay viabilidad para gobiernos ‘nacionales y populares' o ‘redistribuidores de ingresos', que quieren conciliar los intereses del capital y del trabajo, especialmente dentro de un régimen de capitalismo declinante que atraviesa por estallidos financieros y económicos no vistos en el último medio siglo. La disgregación del gobierno kirchnerista es la expresión de toda esta inviabilidad histórica.

Ni con el gobierno ni con las entidades patronales “del campo”

El titulo de la nota es también el que encabeza una declaración de intelectuales y que reúne doscientas adhesiones. "La disputa entre el gobierno nacional y las entidades patronales ‘del campo' -señala de entrada el pronunciamiento- es una pelea entre dos sectores capitalistas que defienden intereses completamente ajenos a los trabajadores". Los firmantes impugnan la pretensión de presentar a las retenciones como una política de redistribución de los ingresos, asi como la naturaleza igualmente gran-capitalista del reclamo de los "ruralistas", que sólo puede derivar en mayor carestía y empobrecimiento para el pueblo trabajador. La declaración concluye señalando la necesidad de plantear en esta situación una "salida independiente de los trabajadores" y para eso revivindica la nacionalización de la gran propiedad agraria, de las grandes exportadoras y de los puertos privatizados, la nacionalización bajo control de los trabajadores de la banca y del comercio exterior. En la misma línea se reclama la derogación de la ley videlista que permite la superexplotación del peón rural y la defensa de las condiciones de vida de los trabajadores, comenzando por el aumento de emergencia de los salarios y su ajuste automático con la inflación. En un terreno dominado las últimas semanas por una adhesión abierta de figuras e intelectuales "progresistas" al gobierno kirchnerista, el pronunciamiento aún meramente declarativo, establece una clara delimitación política, con la adhesión de diversas personalidades de la izquierda. Entre quienes firman se encuentra el escritor Andrés Rivera, el historiador Alberto Plá, el periodista Herman Schiller, los profesores Jorge Panesi - director de la carrera de Letras en la UBA- Carlos Mangone, Néstor Kohan, Pablo Pozzi y Alberto Bonnet, entre otros. Son numerosas también las firmas de militantes destacados en el ámbito universitario o de la cultura, y de diversas agrupaciones universitarias o culturales (Dialektika, Amauta) y también de dirigentes de organizaciones sindicales (Conaduh, Sociedad de Escritores Argentinos) y políticas, como es el caso del Partido Obrero y el PTS.

Pobreza: Peor que en 2001

El debate sobre el aumento de la pobreza y la indigencia está ocultando, al menos, tres cuestiones clave.
En el mejor de los casos, el gobierno "nacional y popular" jamás pudo hacer retroceder la pobreza y la indigencia a los mejores niveles de las décadas precedentes. La pobreza y la indigencia están prácticamente al nivel de 1998 (24%) y bien por detrás de las de 1974 (4,7%). Esto sobre la base del Indek (978 pesos para la canasta básica).
Pero si se adoptan los 1.435 pesos de costo de la canasta básica calculados por Equis u otras consultoras, la pobreza real está en el orden del 30%: "El ingreso de las familias pobres debería aumentar en promedio un 133% para que puedan salir de esa condición". La población pobre en la Argentina era el 4,7% del total en 1974; del 16,1% a mediados de la década del '90 y del 24 en 1998.
Quiénes son los nuevos pobres
Según un estudio, el 38,8% de los ocupados tienen hoy un salario por debajo del mínimo (980 pesos). Si se toman los 1.435 pesos de la canasta básica y se los cruza con los números oficiales del mapa salarial "el 80% de los trabajadores trabaja en sectores cuyo salario promedio está por debajo de la línea de pobreza" (Clarín, 22/5).
Es decir, no sólo los desocupados, jubilados o poseedores de un plan social son pobres. También los ocupados. El 40% de trabajo en negro es lo que la burguesía reclama para conservar su "competitividad" en los mercados internacionales.
Lo que viene
Lo más fuerte, sin embargo, está por venir.
El acuerdo del gobierno con la patronal agraria va a significar aumentos de precios.El gobierno prepara, a la vez, un aumento de las tarifas de gas y luz; por eso vuelve a hablarse de la tarifa "social".
De conjunto esto significa más carestía, reducción de los gastos sociales, destrucción de la salud y educación públicas. El gobierno bonaerense acaba de reconocer que en la provincia hay un millón de niños que viven en situación de pobreza, la mitad de los cuales no estudian ni trabajan (El Día, 22/5). El gobierno, sin embargo, no tendría entre sus planes aumentar el salario mínimo. "De los números oficiales surgiría que en la próxima reunión del Consejo del Salario - que se estima tendrá lugar en junio- casi no habría que ajustar el salario mínimo. Hoy su valor es de 980 pesos... la línea de pobreza familiar, para el Indec, a abril, fue de 987 pesos" (Clarín, 11/5). ¡Qué tal!

BRASIL: Lula entrega la Amazonia a la patria sojera

"No podemos pensar en la Amazonia como un santuario de la humanidad", dijo Lula en Manaos y anunció "inversiones sociales y de infraestructura del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC)" por 250 mil millones de dólares en tres años. El presidente brasileño rechazó "categóricamente" la "intromisión internacional" sobre el destino de la Amazonia (EFE, 6/5). Bajo el gobierno del PT, la selva tropical no será un santuario sino un festín para los capitales. El PAC prevé infinidad de obras de infraestructura y la concesión de cientos de licencias para las agroindustrias.
Sale ambientalista, entran los gerentes
El PAC le costó a Lula la renuncia de la ministra de Medio Ambiente desde 2003, Marina Silva, en protesta por los megaproyectos que incluyen dos gigantescas represas hidroeléctricas sobre el río Madeira (principal afluente del Amazonas), y una nueva carretera troncal. Silva "había estado demorando todo tipo de licencias medioambientales" (El País, 15/5) y el gabinete la acusaba de "frenar con argucias administrativas el PAC". El respaldo de Lula al Plan ("el crecimiento económico de Brasil está siendo frenado por el bien de unos cuantos peces", dijo); la designación al frente del Plan de Desarrollo Sustentable de la Amazonia de Roberto Mangabeira Unger, un gerente de los megaproyectos; la licitación de una nueva planta nuclear y la venia a cultivos transgénicos la eyectaron del gabinete (BBC y Ansa, 14/5).
En marzo de 2007, Silva le había negado la licencia preliminar al proyecto hidroeléctrico de las constructoras Furnas/Odebrecht. Un nuevo comité, al margen de su ministerio, las otorgó en tres meses a pesar del veto de Evo Morales. Las represas, limítrofes con Bolivia, ocasionarán "inundaciones irreversibles en la provincia de Pando" (EFE, 13/5; Adital, 16/5).
Sale la selva, entra la soja Cargill
Silva se va "por su fracaso para detener la deforestación de la Amazonia". Ya había denunciado que entre agosto y diciembre de 2007 "fueron talados no menos de 7.000 km2, un incremento sustancial respecto de los 10.000 km2 de todo 2006". Esa superficie "fue utilizada para cultivar soja y crear pastizales ganaderos en Mato Grosso, Pará y Rondonia" (Clarín, 24/1). En tres años de gobierno del PT (2003/2006) habían desaparecido unos 70.000 km2 de selva (El País, 10/12/06). Silva también acusó al Ministerio de Agricultura de impulsar la tala masiva en beneficio de los agronegocios y la caña de azúcar para biocombustible (etanol). "Perdió ante un ministro que pretende convertir el Amazonas en tierra de cultivo" (The Economist, 15/5). A sus enemigos habituales - madereros y hacendados- la ministra había sumando a "los gigantes estadounidenses dedicados al monocultivo de soja, Archer Daniela Midland (ADM), Bunge y Cargill, que ya controlan el 60% de las exportaciones brasileñas" (ídem). Su plan contra los incendios forestales - método habitual para imponer la tala- había irritado a los latifundistas, encabezados por Blairo Maggi, gobernador de Matto Grosso y uno de los mayores sojeros del mundo. La Federación Agrícola saludó su salida: "Marina era un gran obstáculo para el desarrollo económico de Brasil". La renuncia expresa "la mayor victoria de la facción del gobierno que presiona por un desarrollo económico a cualquier precio" (Financial Times, 14/5), y "cayó como una bomba" porque Silva era "la única voz en el gobierno en defensa del medio ambiente". "Después de su partida, a Lula le será muy difícil hacer creer que intenta bajar el nivel de deforestación" (BBC, 14/5; The Economist, 15/5).

miércoles, 28 de mayo de 2008

Para Altamira fue "un acto masivo", "acentuadamente patronal", que "ha dado paso a una crisis abiertamente política"


Para Jorge Altamira, "la presencia de trescientas mil personas que bloquearon la ciudad de Rosario ilumina con mayor relieve el carácter exclusivamente patronal de los discursos y de las demandas de los dirigentes de las entidades agrarias el domingo pasado, que hicieron un sólido bloque para insistir en la derogación de las retenciones móviles, pero ni siquiera insinuaron el reclamo de un salario compatible con la canasta familiar, ni aun menos poner fin al trabajo en negro en el campo". Altamira también subrayó que, aunque en especial desde la Federación Agraria se habló, fuera de la tribuna, contra las manipulaciones de precios de las cerealeras, la ‘agricultura sin trabajadores de los pools de siembra y la evasión impositiva en los puertos privados, desde la tribuna nadie reclamó la estatización de los puertos, ni tampoco un impuesto progresivo a los fondos de inversión agrícolas y a los exportadores de cereales".
Altamira impugnó que los dirigentes agrarios pretendan realmente la vigencia del federalismo fiscal, "por cuanto saben, dijo, que sin una fuerte caja fiscal central no se podría pagar la deuda externa". El federalismo, según Altamira, "es incompatible con una deuda pública confiscatoria".
"El deslucido acto oficial en Salta" es, para Altamira, "la expresión de una crisis final para el actual elenco oficial y para su ‘modelo productivo'". Altamira asegura que "fue saboteado desde adentro del flamante pejotismo e incluso desde su jefe máximo, que hizo mutis por el foro".
Entrando al análisis político, Altamira dijo que se ha creado "una crisis de poder dentro de la clase dominante, pues la eliminación de las retenciones móviles es incompatible con el esquema político-económico vigente. En el plano social significaría una brusca transferencia de ingreso de los trabajadores al capital agrofinanciero. Cualquier acuerdo tendría el carácter de un compromiso inestable, condicionado a la evolución del mercado internacional de granos y a la crisis mundial".
En estas circunstancias, concluyó Altamira, "la tarea de la izquierda es trabajar para que la crisis de poder entre dos polos capitalistas se desarrolle hasta transformarse en una crisis de pode entre los trabajadores y el capitalismo. Para eso es necesaria una acción política independiente, que apoye la movilización de la clase obrera y de los campesinos sin medios y la clase media empobrecida".

sábado, 24 de mayo de 2008

ALTAMIRA Y PITROLA DESMIENTEN A ALBERTO FERNANDEZ


El Jefe de Gabinete Alberto Fernández, mintió diciendo que desde "Carrió hasta Altamira y desde Macri hasta Pitrola" concurren al acto de Rosario.
Alberto Fernández se reitera en involucrar al Partido Obrero en el apoyo al paro rural porque denunciamos con todas las letras que el acto de Salta representa los mismos intereses sojeros que el de Rosario. Así lo demuestra la tala indiscriminada de bosques y montes para extender la frontera sojera salteña, expulsando campesinos y poblaciones originarias, al punto que ya la provincia exporta casi mil millones de dólares del "yuyo", tal como señala el comunicado de Prensa que emitimos en el día de ayer.
El golpeado Jefe de Gabinete nos ataca porque hemos dicho negro sobre blanco para qué usan las retenciones: para pagar deuda externa y comprar dólares con el objetivo de sostener artificialmente el precio de esa moneda, alimentando la política inflacionaria en curso contra el bolsillo del pueblo argentino.
El Partido Obrero no concurre a Rosario como tampoco a Salta, dos actos donde se defenderán los intereses de la patria sojera contra los trabajadores.

RANDAZZO Y FERNANDEZ NERVIOSOS





El ministro Florencio Randazzo se sumó al Jefe de Gabinete e insistió en la mentira de que en Rosario "estarán desde Pitrola hasta Carrió".
"Están nerviosos, no hay error, es puro distraccionismo para ocultar nuestra denuncia política de que el acto salteño de Cristina Kirchner es tan sojero como el de Rosario. Urtubey con Romero primero -gobierno del que fue parte- y ahora como gobernador, ha convalidado el arrasamiento de bosques y montes que extendieron en Salta, como en ninguna provincia la frontera sojera, expulsando campesinos y aborígenes" refutó Pitrola en horas de la tarde.
Continuó: "Esto es tan así que la provincia tiene a la soja como una de las exportaciones líderes de casi mil millones de dólares, cuando el 50% de la población trabajadora está en negro, uno de los índices más altos del país, cuando sus docentes se autoconvocan año a año por un salario digno que no tienen, junto a todos los estatales".
"Todos hemos visto en los canales de noticias de hoy, la brutal represión denunciada por los asentamientos de Orán, así preparan Urtubey-Randazzo, el "orden" para la llegada de la presidenta el domingo 25."
"Lo más importante no es lo que enfrenta a la Sociedad Rural con Cristina sino lo que tienen en común. En ambos actos, dominan los intereses del capital sojero, de los fondos agrofinancieros y de los ‘pool de siembra. El Partido Obrero denuncia a los actos de Rosario y de Salta como dos manifestaciones de la patria sojera, llamando a la independencia política de los trabajadores", finalizó Pitrola.

jueves, 22 de mayo de 2008

LA PLAZA DE LA RURAL

La semana pasada, el videliano Laureano Miguens seguramente no podía creer lo que estaba viviendo: nada menos que él saludaba desde el balcón de la casa de gobierno de Santa Fe a más de quince mil personas que lo vitoreaban, mientras esperaba el inicio de la reunión de las entidades agrarias con Binner.
La escena no solamente retrata las limitaciones impopulares, insalvables, del movimiento agrario que animan los autoconvocados del campo y los chacareros de la soja, en un frente único con los llamados ‘pools de siembra’ y los terratenientes.
Ilumina, por sobre todo, el carácter del ‘modelo productivo’ del kirchnerismo, que mientras enriqueció como nunca antes a los monopolios vinculados con las exportaciones, ha dejado a los pueblos del interior en la miseria, a merced de los agentes económicos y políticos de sus propios explotadores.
Con trabajos en negro, salarios inferiores al mínimo nacional, infraestructuras sanitarias y educativas en ruinas, contaminación del aire y del suelo, y un pavoroso panorama de viviendas.
El balcón de la Rural deja al descubierto la charlatanería de los intelectuales imposibles del oficialismo acerca de la redistribución de los ingresos.
No hay nada más eficaz para devolverle lustre a la derecha o a la oligarquía que un par de años de gobierno ‘progre’ o nacional y popular; es decir, capitalista.
Bastaron dos años de ‘progres’ en Italia para que volviera Berlusconi al gobierno, pero esta vez acompañado por la Camorra siciliana.
Pero al “país federal”, que de acuerdo con la demagogia de los patrones de la soja solucionaría estos problemas, los trabajadores del interior lo conocen de sobra, pues no ha habido mayores saqueadores de los fondos públicos que los gobernadores.
Los Reutemann, los Cobos (vicepresidente del kirchnerismo), los Bussi, los Palito Ortega, los Kirchner, los Brizuela, los Rozas, los Menem, los De la Sota, los Romero, los Duhalde, Ruckauf y Solá.
Los que vaciaron varias veces los bancos provinciales para regalarlos a los Eskenazi, Britos, Werthein, Elsztain, Soros no son precisamente una salida para el pueblo.
El “país federal” es un calco del “país unitario”: la caja de los grandes capitalistas. Que digan lo contrario las grandes industrias –agrícolas y no agrícolas–, y los puertos privados de la ribera santafesina del Paraná.
El próximo 25 de mayo, en Rosario, gracias a una idea que se le atribuye a la abogada de los ‘pool de siembra’, María Cristina Alarcón, los autoconvocados de bombacha y poncho compartirán tribuna con los garcas de la Rural y con la Coninagro de los SanCor, o sea con los explotadores de los tamberos y de los pequeños productores.
La compartirán también con la Iglesia argentina de los Bussi –no Buzzi–, para demostrarle a Ratzinger que el oscurantismo y la represión espiritual se encuentran a buen resguardo en Argentina y para asegurar, ‘urbi et orbi’, que el campo argentino es ‘occidental y cristiano’.
Pero ni la Rural en Rosario –aunque la acompañe el socialismo de los ‘pool de siembra’–, ni Cristina Kirchner en su autoexilio en Salta, aportarán a la solución de las necesidades populares.
Las masas del campo y de la ciudad tendrán oportunidad de comprobarlo otra vez con inusitada velocidad.
También podrán comprobar que no solamente entre los grandes explotadores se cuecen habas y se producen nuevos desplazamientos y recambios.
En las filas obreras y campesinas se van gestando igualmente grandes novedades, entre una burocracia sindical que se hunde en el desprestigio y se quiebra inexorablemente, y una nueva generación de luchadores obreros con gran vocación de acabar con ella y construir un dirección política nueva y revolucionaria en Argentina.

Los Kirchner pagan rescate

Incluso a Magnetto, el de ‘Clarín Miente'

Toda la gran burguesía se movilizó en la última semana para "reabrir el diálogo" entre las entidades patronales agrarias y el gobierno ("Se rearma el frente patronal" fue el titular de nuestra última edición). Las centrales empresarias y la Bolsa emplazaron al gobierno con el ultimátum de que no habría "acuerdo social" sin "el campo", y luego apuntaron a las entidades patronales del agro para que se sentaran de nuevo a negociar. A esta altura, los del "campo" ya sabían que un arreglo pasaría por el mantenimiento de las retenciones móviles aunque con tasas inferiores, como aconsejó el encargado de temas campestres de Clarín hace un tiempo.
Clarín mismo encabezó la ofensiva mediática para forzar las negociaciones, en un operativo indisimulado que, obviamente, no mereció objeciones de los "intelectuales" del kirchnerismo, como Feinmann, Tarcus o Verbitsky, y mucho menos del "mirón de medios" Federico Schuster, decano de Ciencias Sociales de la UBA. De la mano de Clarín se arrimó su custodia espiritual, el Episcopado. En el complot para levantar el "paro agrario" se anotaron la Sociedad Rural y Coninagro, que se reunieron en se-cre-to con la Iglesia para arrimar a las "entidades" al planteo que combinó Cristina Kirchner con las centrales empresarias y la Bolsa.
Chacareros y fideicomisos
La solución que se complota para "el campo" podría ser aceptada por los fideicomisos agrícolas o pools de siembra, que nunca dejaron de operar en los llamados mercados de futuros, aunque no de Rosario y Buenos Aires sino de Chicago. Esos fondos agrofinancieros ganan por la escala de su producción, por su capacidad de negociar precios tanto de los insumos como de lo que venden y por su bajo costo de capital. Un acuerdo por separado sobre la soja, por otra parte, dejaría colgados del pincel a otros sectores que -como la leche, la carne, la apicultura, el algodón, la yerba o el trigo- , tienen como protagonistas a pequeños capitalistas, incluso a chacareros familiares. Se ha denunciado hasta el hartazgo que los precios máximos impuestos por el centinela Moreno en esos rubros han beneficiado descaradamente a los pulpos de la industria de alimentos y a los supermercados.
Pero el pato más grande de la boda será el consumidor, puesto que la patronal sojera en su conjunto se sigue beneficiando con el alza internacional del "yuyo". Ocurre que una reducción de hasta 40 puntos en las retenciones máximas que se habían establecido (de 95 a 50% para una cotización arriba de 600 dólares la tonelada de soja), significará mayores precios para los alimentos. Por el efecto de la mayor sojización y de un precio mayor para la tierra y los insumos, se producirá un alza de todos los rubros fundamentales de la canasta familiar. Una disminución de retenciones a la exportación es el equivalente a un aumento de los impuestos al consumo. Es quizá porque anticipa una mayor carestía que, en los últimos días, Kirchner dejó de atizar la corrida al dólar como lo había hecho con la declaración, hecha hace un mes, de que buscaría un nuevo canje de la deuda pública. De todos modos, una presión por la valorización del peso debería ocurrir de cualquier modo ya que junio-agosto es un período de ingreso de divisas por la liquidación de exportaciones. El Banco Central recuperará con comodidad los dólares que hoy está vendiendo. El problema que tendrá con esto es que el llamado "modelo productivo" solamente funciona con un peso desvalorizado.
Lo mejor recién llega
Recién ahora, sin embargo, viene "lo más lindo" de la crisis abierta por el campo. Porque lo que distingue a los reclamos agrarios es, por un lado, que sus protagonistas más notorios son los chacareros capitalistas, a quienes la soja les ha abierto posibilidades impensadas de acumulación de capital. Los distingue, asimismo, el haber desarrollado un movimiento popular; es decir, que incluye a diversas clases sociales de los pueblos del interior de todas las provincias, de la región pampeana hacia el norte.
Se ha desarrollado en el interior del país algo parecido a lo que ocurre en el plano internacional: movimientos populares masivos de características nacionalistas, que defienden una mayor participación de sus países en el reparto del ingreso mundial. Pero mientras que en el ejemplo internacional la cuenta que favorece al país emergente la paga el consumidor del país que retrocede en el reparto (los automovilistas, por caso, pagan la cuenta del petróleo), la factura de los reclamos capitalistas del campo la pagarán los consumidores argentinos. El movimiento agrario no es un movimiento nacional sino, en gran medida, un movimiento popular no nacional o anti-nacional, debido a su dirección y a sus reclamos capitalistas. Sin embargo, hay otra analogía internacional, que es aún más pertinente: así como el mayor ingreso que reciben los países que pelean por su mayor participación en la torta mundial queda en manos de las clases capitalistas de esos países (por ejemplo, la "burguesía nacional" de Kirchner o la "boliburguesía" de Chávez), el mayor ingreso que recibe la patronal capitalista del campo tampoco se "redistribuye" entre todos por igual: se "desparrama", sí, en los pueblos, pero de una manera peculiar, típicamente capitalista, con un crecimiento de la especulación inmobiliaria, la hotelería, el juego y el turismo; o sea, con un empeoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de las capas obreras y más pobres de los pueblos. En Pergamino, para dar un ejemplo, el "paro del campo" provocó el parate de la construcción inmobiliaria vinculada a los fondos financieros. Una gran parte de la renta agraria ni siquiera queda en el país, porque la recaudan los fondos de inversiones que reportan al exterior.
El rescate del gobierno "sin resto" (Prensa Obrera, 16/5) que han armado las centrales empresariales y la Bolsa, implica entonces un perjuicio para los reclamos de la patronal chacarera, lo que abre la posibilidad de una ruptura del frente agrario. Pero, en este caso, esos chacareros pierden algo más que un "aliado": pierden un programa, la eliminación de los aumentos a las retenciones, que era el único punto de la pelea y la base del frente agrario. Si los chacareros pretenden seguir el movimiento, o sea seguir acaparando la cosecha de soja hasta recibir el precio que pretenden, deberán chocar abiertamente con los exportadores, los ‘pools' agrarios y los grandes propietarios de tierra.
Lo que es más grave todavía es que deberán bancar el costo económico que les ha representado la postergación de la venta del grano por el "paro". No es casual que recién ahora los autoconvocados insistan con que no son pools de siembra o que insistan con un olvidado proyecto de ley, que prolonga a cinco años la duración mínima de los arrendamientos (pero no figura entre los reclamos).
La concentración popular convocada para el 25 de mayo en Rosario no dejará de reflejar estos conflictos, aunque todo está diseñado para disimularlos. Miguens, de la Rural, ya ha dicho que no se baja del reclamo de suspender el aumento de las retenciones, lo que probablemente mantenga hasta que termine el acto. La dirección capitalista y la alianza con el capital financiero llevan al movimiento agrario a un impasse.
En oposición al planteo de retirar las retenciones y castigar a los consumidores con precios mayores, planteamos: nacionalización del comercio exterior y de los puertos privados y privatizados; nacionalización de la gran propiedad agraria y poblamiento del campo mediante arrendamientos a cargo del Estado en función de un plan económico de conjunto; salario igual a la canasta familiar para los trabajadores de la ciudad y del campo; control popular de precios y tarifas, reapertura de las paritarias; abajo el rescate de los privatizadores; abajo los tarifazos; nacionalización del petróleo y de los monopolios de la energía; abajo las operaciones fraudulentas con Repsol, Metrogras, Aerolíneas y el sistema de transporte; cárcel a los chorros de Skanska; reorganización de la economía nacional bajo la dirección y gestión de los trabajadores.
Los Kirchner empezaron a pagar
Pero el gobierno es el que deberá pagar más por su rescate: será la factura del "bicentenario". Con su llamado a la "concordia", la gran patronal puso fin al "golpe de mercado" que ella misma había desatado con el propósito de apretar al gobierno.
Los motivos de los capitalistas que han impuesto el "diálogo" los explica Crítica el martes 20 de mayo. El "paquete" de medidas que ellos ya colgaron en la agenda del "acuerdo social", o del "bicentenario", incluye un blanqueo impositivo para los capitales que fugaron del país, nuevos subsidios para la "inversión" y cambios en el "mundo del trabajo". En este caso, se trata de la modificación a la ley de las ART para limitar resarcimientos en los juuicios civiles a los trabajadores que sufren accidentes.
No sorprende, por ello, que entre los "componedores" se encuentre el presidente de la UIA o Luis Pagani, de Arcor, jefe del lobby más concentrado de la patronal exportadora. A ese tropel se incorporó un empresario impensado: Héctor Magnetto, del grupo Clarín, que venía soportando todas las formas del escarnio oficial. El hombre del multimedios también pasó su factura (La Nación, 19/5). Magnetto logró retirar de la agenda del "bicentenario" las discusiones en curso sobre la Ley de Radiodifusión. ¿Denunciarán los ideólogos del Observatorio de Medios de la Facultad de Ciencias Sociales este nuevo contubernio?
Detrás de la "flexibilización" a las retenciones al campo, la patronal petrolera también cargó lo suyo: un continuo aumento del precio de las naftas, el cese de la importación de gasoil a cargo de ellas; un aumento del precio del gas y un régimen de devolución de retenciones. Los empresarios "privados" ampliarán sus refinerías con la plata del Estado.
Como prueba de buena fe, el gobierno ya está pagando anticipos jugosos por la factura que le pasa el frente patronal. Acaba de aumentar un 10% el precio interno del crudo que reconoce a las petroleras. Las compañías aéreas tuvieron su segundo aumento del 18% de sus tarifas en pocos días y un reforzamiento de los subsidios al combustible. En este caso, para que el vaciamiento de Aerolíneas a manos del grupo Marsans termine solventado por los usuarios.A la luz de este panorama, es casi gracioso escuchar a quienes dicen que, después del "acuerdo con el campo", viene la "lucha contra la inflación". Las concesiones al campo, por un lado, y las liberaciones de tarifas, por el otro, echan más leña al fuego de la carestía. "Para terminar con la inflación, vamos a tener que pasar primero por una mayor inflación", se sinceró un economista "neoliberal". La "estabilización de los precios", con medidas brutales contra el consumo, requiere primero rebanar los ingresos de los consumidores por medio de la inflación.
El frente patronal parece muy unido a la hora de arrancar sus prebendas, pero no ocurre lo mismo a la hora de afrontar lo que se viene. Un sector quiere acompañar la "liberación de precios" con una mayor devaluación de la moneda en beneficio de la patronal exportadora, pero esto obligaría a canjear (o dolarizar) la deuda pública que se ajusta por inflación. Otros quieren salir del paso con una revaluación de la moneda y un "enfriamiento" de la economía, que serviría para pelear contra los trabajadores con el arma de los despidos masivos y la desocupación. Transición
La factura principal que deberá pagar el gobierno es política, pues ha perdido capacidad de arbitraje frente a los capitalistas. Ha tenido que entregar una enorme parte de la caja fiscal, como las retenciones para la soja, el petróleo y, probablemente, la minería. Fue electo hace cinco meses, pero la pueblada del campo lo ha obligado a resignar poder y a echar lastre; las encuestas lo muestran braceando para no hundirse. El gabinete está fracturado y hasta se pelean los viejos amigos de las inmobiliarias y consorcios porteños: Alberto Fernández y el "portero" Santa María en el pejotismo porteño.
El conflicto agrario estalló como resultado de una crisis general del "modelo productivo"; o sea, una crisis de régimen. Se ha iniciado una transición que afecta a todas las clases y movimientos sociales y a todas las fuerzas políticas. Todas las clases sociales, todas las centrales sindicales y todos los partidos, incluida la izquierda, se fracturaron en torno a cuestiones estratégicas. Dentro de los sindicatos asistimos a nuevos reagrupamientos de fuerzas y al desarrollo de una nueva generación de activistas; lo mismo ocurre en el movimiento estudiantil y en todos los movimientos populares. Con todas sus limitaciones y su contenido capitalista, el movimiento agrario ha servido, contra sus intenciones, para estimular la diferenciación social y política en el campo y en los pueblos agrarios. ¿Un partido del campo? Si nos guiamos por lo que ocurre en Brasil, quizá tengamos mayores bancadas de latifundistas y agentes de los fideicomisos, en concierto con los partidos y coaliciones existentes. Es necesario luchar en esta transición por una alternativa obrera y socialista, y aprovechar la transición en la clase obrera, el movimiento obrero y la izquierda, para desarrollar un partido obrero independiente, un partido revolucionario.

Por qué la CTA sigue en el banco de suplentes

Debe tener su personería

El gobierno K, respaldado por Yasky, Depetris y otros, sigue oponiéndose a reconocerle la personería gremial a la CTA, al igual que los gobiernos anteriores a él. Nosotros, opositores de la actual dirección de la Central, nos pronunciamos por su reconocimiento.Pero mientras la burocracia de la CTA le reclama la personería a su propio gobierno, en sus sindicatos rige todo lo contrario a la democracia sindical. La UTPBA quiere proscribir listas opositoras, hay graves denuncias contra la dirección en el Neumático en el mismo sentido. En ATE están inflados los padrones hasta el infinito, hay denuncias de proscripciones a compañeros de ATE Sur. En La Plata se le quita el rango de juntas internas a los opositores en Educación; en docentes de Capital, para hacer una lista opositora se requieren 250 candidatos; ahora, en el Suteba, pretenden cambiar los estatutos vulnerando a la democracia sindical. La vulneración de la democracia sindical en la CTA es abusiva.Políticamente, ni el gobierno ni la patronal deberían tener motivos para negar esa personería. La CTA avaló la rebaja de los aportes patronales de las Pymes, afectando los salarios y las jubilaciones de los trabajadores. Aceptó, para esas mismas patronales chicas, que hubiera convenios por empresa; no defendió la llamada "ultra actividad", un mecanismo de defensa de los trabajadores cuando vencen los convenios. A la CTA tampoco le niegan la personería porque sea opositora al gobierno. La CTA es un ala del gobierno. Por eso Depetris, un desaforado adherente del gobierno K, dice "no entender" por qué el gobierno no los reconoce.
La razónLa razón es que el Estado y el gobierno no se pueden permitir fisuras en la CGT, cuando ella misma se encuentra en crisis y, por sobre todo, cuando debe enfrentar un enorme reanimamiento del activismo. Las propias patronales respaldan el régimen de unicato sindical, algo que, creemos, sólo ocurre en la Argentina.La personería gremial de la CTA significaría un problema para las patronales: 1) un mayor número de representantes gremiales; 2) un número mayor de fueros laborales; 3) la posibilidad de que se armen otros sindicatos por empresa integrados por los sectores combativos de cada gremio.Para los Funes de Rioja, el otorgamiento de la personería a la CTA equivaldría a la "sovietización" de la clase obrera. Pobre Yasky: no hay traición que ablande, por ahora, la decisión de dejar a la CTA en el banco de suplentes.

FRANCIA: Huelgas contra Sarkozy


Una gran huelga de empleados públicos y docentes se desarrolló en Francia para repudiar la resolución de renovar sólo uno de cada dos cargos de trabajadores que se jubilen en la administración pública. En un sólo año, Francia perderá más de 11.000 docentes. La huelga paralizó la educación y fue masivamente respaldada por los secundarios, que vienen movilizándose desde hace varios meses por "más presupuesto y más docentes".
En las principales ciudades, las manifestaciones reunieron decenas de miles: medio millón de trabajadores y estudiantes en total. Todo esto en espera de una huelga de los transportes públicos, el jueves 22, que se prevé enorme.
Hasta ahora, las distintas "reformas" emprendidas por Sarkozy se han ìmpuesto, a pesar de la resistencia de los trabajadores.
La burocracia sindical hizo lo imposible por evitar cualquier lucha a fondo. Esto quedó en claro en la huelga de los transportes contra la modificación del régimen jubilatorio. Después de nueve días de huelga, las direcciones sindicales levantaron la huelga para discutir con el gobierno cómo se aplicaría la elevación de la edad jubilatoria...
Algo similar ocurre con las direcciones de los gremios estatales, pues no están previstas nuevas movilizaciones.

"¿SE NACIONALIZÓ SIDOR?"

"El Cronista" y Chávez confirman a "Prensa Obrera"
Menos de 24 horas después de la salida de Prensa Obrera (Nº 1.037, del 15 de mayo), el diario El Cronista confirma, punto por punto, el análisis del periódico que cuestiona la realidad de una nacionalización de Sidor. Al día siguiente lo hizo La Nación. Esta confirmación plantea un desafío político urgente al Sutiss, el sindicato de la industria siderúrgica de Venezuela, que ha apoyado en forma incondicional una nacionalización que no existe y que, por el contrario, puede transformarse en una amenaza contra los derechos sindicales y laborales de los trabajadores. La detallada información que provee El Cronista deja en ridículo la pretensión de que la rebautizada Sidor se haya convertido en una "empresa socialista" (como si pudiera existir semejante cosa).
En Prensa Obrera habíamos advertido sobre la operación en marcha. "Si Venezuela se queda con el 60% de las acciones, decíamos, no tendríamos una nacionalización sino una ampliación del capital del Estado en una empresa con fuertes intereses privados y, por otro lado, el mantenimiento del capital de un pulpo internacional que cotiza en las Bolsas de los principales mercados". En ese caso, "como el interés del inversor privado no es cobrar los dividendos que pueda pagar la empresa sino participar en su operatoria, que es la que produce todas las grandes ganancias ocultas, la ampliación del capital público equivaldría a un pacto de negocios entre el capital privado y el Estado".
La información de El Cronista ratifica todas estas conclusiones. Dice que como resultado de las "intensas gestiones" propiciadas por el gobierno argentino, "en las últimas semanas comenzó a esbozarse una solución que sería medianamente satisfactoria para ambas partes (...) En ámbitos oficiales y privados se toma el 20 por ciento que conservaría Ternium como dato clave. Porque marcaría la disposición de Venezuela a no romper lanzas definitivamente con Techint" y supondría "conservar alguna representación en el nuevo directorio de la siderúrgica" (El Cronista, 16/5).
En Prensa Obrera describimos este operativo en varios artículos desde marzo último. Señalamos el interés de Techint por mantener la unidad operacional de su emporio, y por lo tanto, de su capital. En caso contrario, quedaría expuesta en forma mortal a la competencia de Arcelor-Mittal, que domina buena parte del mercado brasileño y compró Acindar en Argentina.El Cronista ratifica todo. Dice: "además de conservar el 20% de Sidor en manos de su controlada Ternium (Techint) podría continuar con el abastecimiento de materias primas a sus plantas de la Argentina" (o a otras). Desde que Chávez amenazó con la nacionalización, desde el holding argentino se remarcó la ruptura de su esquema productivo regional (y global también) que produciría su salida de Sidor. Dicho en otros términos, la pseudo-nacionalización de Sidor rescata la unidad capitalista del pulpo Techint de cara a sus trabajadores, por un lado, y de cara a la competencia de los otros pulpos, del otro. A partir de esto no debería sorprender que el presidente Chávez haya reconvenido en duros términos a los sindicalistas que reclaman la integración a Sidor de los obreros de las empresas contratistas.
Paraíso terrenal
El artículo de Prensa Obrera llamó la atención sobre un hecho inadvertido para otros: "El anuncio de la nacionalización que no es tal no movió para nada la cotización de Ternium-Techint en las bolsas internacionales". Y agregó: "Si las cosas quedaran así, Chávez se estaría encargando de las relaciones laborales de la Siderúrgica y Techint de los negocios. La ‘dream factory' para un capitalista". El Estado cumpliría funciones de capataz y Techint las operaciones comerciales y financieras.
¿Y qué informa El Cronista 48 horas después? Con un encabezado que dice "Techint podría quedarse con la gestión comercial de Sidor", El Cronista señala que "Con esta fórmula cada uno logra manejar lo que más le interesa (sic). Al gobierno de Venezuela le queda la mayoría accionaria (por un precio que todavía se está discutiendo), el manejo del tema laboral (puntapié inicial del conflicto) (sic, sic) y la política de precios", y a Techint "la comercialización de la firma". El Cronista agrega: "Si se trata de la gerencia comercial, la gestión argentina habrá llegado al mejor escenario planteado en las últimas semanas" (ídem). En otras palabras, La ‘dream factory'... sobre la que advirtió Prensa Obrera, 24 horas antes.Los trabajadores de la rebautizada Siderúrgica Maneiro deben considerar seriamente lo que está ocurriendo, porque que representa un giro de 180º en las expectativas que han manifestado acerca de la nacionalización.
Los "pasivos ocultos"
El artículo de Prensa Obrera Nº 1.037 decía lo siguiente: "El otro punto a tratar es el precio a asignar al capital de la Siderúrgica, para determinar cuánto habría que pagar a Techint por la parte que vaya a ceder. La controversia es curiosa porque se supone que el capital de una empresa está determinado en sus libros. Pero Techint tiene su propio cálculo, que deriva de las ganancias esperadas en un período de años. Lamentablemente, el pulpo no aplica este criterio para pagar los impuestos. Chávez cree que el precio es otro. En ninguno de los dos casos (o sea, ni la una ni el otro) se ha partido de una auditoría de la empresa, que ha sido acusada de múltiples fraudes, como por ejemplo numerosos pasivos ocultos, en especial por incumplimiento de las leyes laborales e incluso el no pago de dividendos a los trabajadores con participación accionaria".
El Cronista aporta pruebas adicionales sobre esta advertencia. Dice que el decreto-ley de nacionalización (6058) plantea una fórmula de indemnización que no incluye la amenaza chavista de descontar deudas laborales, daños económicos y ambiéntales".
Lo que llevaría, concluye el diario financiero argentino, a un "precio razonable tanto para Techint como para el gobierno argentino" (El Cronista, ídem anterior). Aquí, el diario se deja llevar por sus deseos, porque el ‘precio' de la indemnización sigue siendo el punto de discordia, aunque excluya cualquier resarcimiento por los pasivos ocultos y los fraudes legales y contables.
Omisiones
El artículo de El Cronista no se interna en el acuerdo laboral que Chávez presentó como "el contrato colectivo por el cual ustedes tanto lucharon" (La Nación, 14/5). En ese caso podría haber reparado en el señalamiento del artículo de Prensa Obrera de que "este punto ha llevado a un choque con los nueve mil trabajadores tercerizados que reclaman revistar en la nómina de la ‘empresa socialista'. El convenio de trabajo suscripto hace una semana con la dirección sindical solamente prevé el traslado de 600 obreros que trabajan para contratistas". Prensa Obrera caracterizó que "Chávez ha intervenido en calidad de árbitro de un gran conflicto social... para poder retomar el control laboral, social y político de este gigantesco conglomerado productivo (e incluso del movimiento obrero)".
Nadie podría reclamar, naturalmente, que El Cronista desarrolle conceptualmente las conclusiones que saca el artículo, pero ahora queda aún más claro que la empresa solamente tendrá de "socialista" el látigo laboral, pues la gestión capitalista o el llamado "modelo de negocios" será co-determinado en función de los intereses internacionales de Techint.
Clarificación
La confirmación que aporta El Cronista a la caracterización anticipada en nuestro periódico, revela de manera apabullante el carácter capitalista del nacionalismo burgués. De paso, esto desmiente que la llamada nacionalización de Sidor forme parte de un vuelco más acentuado hacia la izquierda por parte del gobierno de Chávez. El gobierno bolivariano acaba de decretar aumentos de dos dígitos en los alimentos y ha incrementado la emisión de deuda pública para financiar una reducción del bolívar fuerte en el mercado paralelo.
La consigna de la nacionalización sigue vigente en la ex Sidor - sin indemnización y aún con resarcimiento. Pero del mismo modo que Techint valoriza la unidad operativa del pulpo (su capital), la clase obrera debe entender la nacionalización en el marco operativo del conjunto de la economía de Venezuela. O sea que debe haber una nacionalización integral de la industria pesada de Venezuela y un plan único controlado y gestionado por los trabajadores.
La conducta oficial frente a la nacionalización pone de manifiesto la necesidad de una estructuración política independiente del proletariado. Es esto lo que deberían discutir los diversos plenarios y congresos que está convocando el activismo y las direcciones sindicales de Venezuela: un Congreso Obrero que reúna a todos los contingentes del proletariado para presentarlo como la única alternativa consecuente al imperialismo.
(Todas las citas de El Cronista pueden encontrarse en la página 7 de su edición impresa del viernes 16 de mayo).

martes, 20 de mayo de 2008


Un fallo que legitima el trabajo semiesclavo

El fallo del juez Oyarbide, absolviendo a los dueños de Soho por la utilización de trabajo esclavo en la confección de sus vestimentas, es una provocación contra quienes trabajan en este país en condiciones de superexplotación y esclavitud.
Según el juez, esas condiciones semiesclavas son "Costumbres y pautas culturales de los pueblos originarios del altiplano boliviano, de donde proviene la mayoría de los talleristas y costureros". No niega el delito, sino que pretende justificarlo. En Argentina, y también en Bolivia, esas supuestas "pautas" opresivas han sido superadas por la organización colectiva de los trabajadores, y luego reconocidas por el Estado. Esas conquistas son negadas por la práctica cotidiana de grandes empresas textiles, con la complicidad del gobierno y, ahora, de la justicia.
El juicio iniciado por la Unión de Costureros y por la Defensoría del Pueblo no afecta solamente la utilización de trabajo esclavo por parte de empresas como Soho. Pone de relieve las relaciones laborales practicadas por la patronal agraria e industrial de este país. Recientemente, Ignacio de Mendiguren, presidente de la Cámara de la Indumentaria y vice de la Unión Industrial, reconoció que el 78% de la fuerza laboral de su "sector" se encuentra en negro. Lo mismo ocurre en el trabajo rural, donde los terratenientes abusan de niños y someten a mujeres, prácticas que los juzgados del norte del país defienden también en nombre de inexistentes "prácticas culturales".
"Denunciamos este fallo antiobrero, y la complicidad del Ministerio de Trabajo de la Nación, que promueve una modificación de la ley de trabajo domiciliario que otorga a las patronales una mayor impunidad"

viernes, 16 de mayo de 2008

ENTREVISTA CON CHARLY PÉREZ, DELEGADO DE METROVÍAS


“Fue un paro formidable”

Un paro masivo en las cinco líneas del subterráneo (todas, salvo la H) impidió una maniobra de la burocracia de la UTA y de la empresa Metrovías, que intentaron imponer una elección fraudulenta de delegados entre el personal de limpieza y los auxiliares de estación. La dirección de la UTA, la empresa y el Ministerio de Trabajo tuvieron que retroceder. Charly Pérez, delegado del taller Rancagua y dirigente de la Agrupación de Trabajadores de Metrovías (ATM) dice: "Fue una enorme victoria, y también un llamado de atención al Cuerpo de Delegados".
El viernes 9 de mayo los trabajadores del subte recibieron la noticia: el lunes 12 el personal de limpieza y los auxiliares de estación elegirían delegados. A pesar de la ilegalidad de la convocatoria, hecha en un plazo absurdo, varios compañeros fueron al edificio de la UTA para anotar sus candidaturas. Recibieron una respuesta sorprendente: "Los plazos para postular candidatos ya vencieron".
El fraude fue impugnado por los trabajadores en el Ministerio de Trabajo, y esa misma noche empezaron las reuniones y las asambleas. El lunes, a las 6 de la mañana, el paro se votaba masivamente y las cinco líneas quedaban paralizadas, mientras "piquetes de convencimiento" se dirigían hacia donde la burocracia había instalado urnas, para impedir que se votara: "No queríamos quedar sometidos a un hecho consumado", explica Charly.
-¿Ustedes esperaban una maniobra como esta?
-Sí que la esperábamos. La veíamos venir casi con precisión, debido a una cantidad de factores.
-¿Cuáles?
-Los trabajadores del subte conseguimos victorias enormes: la jornada de seis horas, los aumentos salariales, la incorporación de los "tercerizados". Partimos en mil pedazos la flexibilización laboral. Pero, en medio de todos esos triunfos, sufrimos una derrota estratégica: no pudimos imponer la bolsa de trabajo. Las seis horas y la incorporación de los "tercerizados" llevaron el plantel de la empresa de 1.500 a 4.000 trabajadores. Esa ampliación le dio a la burocracia la oportunidad de conformar una base social que había perdido: metieron punteros, metieron matones, hicieron pie donde antes no tenían nada. Y si bien muchos compañeros nuevos rápidamente apoyaron al Cuerpo de Delegados, sobre esa base empezaron a avanzar. A eso se añadieron las vacilaciones del Cuerpo de Delegados, propias de un organismo heterogéneo.
-¿Cómo se manifestó eso?
-El Cuerpo de Delegados de Metrovías tiene entre los trabajadores una legitimidad que nadie puede discutir, hay un ida y vuelta permanente con las bases. Lógicamente, tiene la heterogeneidad que le dan las distintas corrientes que viven en él. Así fue que un sector empezó a sostener que el gobierno de Kirchner concitaba esperanzas en el movimiento obrero, que no se podía ir al choque igual que en el pasado. Al principio fue un debate puramente político, pero, claro está, esas diferencias se expresaron en el momento de la acción con distintas propuestas de funcionamiento, incidieron en cualquier plan de lucha. En el último periodo todo eso se agudizó, sobre todo a partir del lock-out agrario, cuando el gobierno quiso embretar al Cuerpo de Delegados para que tomara partido por uno de los sectores capitalistas en pugna. En esas fisuras la burocracia empezó a meter sus cuñas, por eso sabíamos que una cosa así iba a ocurrir.
-¿Se podía ganar a esa base social que acompañó a la burocracia?
-Claro que sí. Como en todas partes, en el subte hay un 20 por ciento de compañeros decididos a luchar a fondo, mientras otro 20 por ciento teme perder el trabajo, se refugia en la burocracia y acepta las arbitrariedades de la patronal. El asunto es darse una política para el 60 por ciento que queda en el medio. Eso fue lo que hicimos nosotros desde 1994, y la burocracia intentó hacer lo mismo a partir de la ampliación de la planta. Ellos lo hicieron a su modo, con ofrecimientos de viajes gratis a Mar del Plata o puestos de trabajo para la familia. Ésa era la zanahoria, y junto con la zanahoria venía el palo, la patota.
-¿Qué dificultades hubo para organizar a esos sectores?
-Desde el primer momento, con la ATM propusimos que esos trabajadores recién incorporados eligieran sus representantes y se incorporaran al Cuerpo de Delegados. Y no sólo lo propusimos, empezamos a hacerlo con algunos sectores. Los reunimos e impulsamos comisiones para que eligieran delegados, les dijimos que mandaran sus representantes al Cuerpo de Delegados, que el reconocimiento, la legalidad, vendrían después. Entonces sucedió que un sector del Cuerpo de Delegados se dio la tarea de impedir sistemáticamente esa integración. Claro, en medio de ese despelote, los burócratas dijeron: "Ésta es la nuestra", y empezaron una política de cooptación.
-Pero el paro resultó masivo.
-Absolutamente, fue un paro formidable. En ese punto, ellos calcularon mal, tan mal que alguna gente de base que la burocracia quería ganar ahora votó el paro, se le dio vuelta. Eso fue posible porque la larga experiencia de los compañeros que vienen de las luchas de todos estos años aceleró la experiencia de los nuevos. En poco tiempo, la burocracia hizo acuerdos con la empresa a espaldas de los trabajadores, precarizaron la categoría de conductor y volvieron así a alguna forma de flexibilización, y ya se veía que venían también por la jornada, para revisar las seis horas. Así fue que los compañeros se dijeron: "Éstos del Cuerpo de Delegados tendrán dificultades y se pelearán entre ellos, pero cuando vienen los otros nos sacuden apenas consiguen armar algo". Y cuando organizaron esa elección fraudulenta, tan grosera, se encontraron con que la gente les dijo no, hasta aquí llegamos, esto no lo vamos a permitir. Por eso, aun con las vacilaciones del Cuerpo de Delegados, del continuo "muchachos, pónganse de acuerdo", que es el reclamo permanente de los compañeros, cuando estuvieron en juego nuestras conquistas los trabajadores y el Cuerpo de Delegados respondieron con la fuerza que este organismo no había mostrado en el último periodo. Por eso, esta enorme victoria es también un llamado de atención al Cuerpo de Delegados y un fuerte punto de recomposición de la organización y la unidad de los trabajadores del subte.
-¿Qué perspectiva ves ahora respecto del gremio?
-En las líneas y en los talleres sigue la vieja discusión entre luchar por recuperar la UTA u organizar otro sindicato. Nosotros vemos la perspectiva política que nos da el hecho de ser un punto de referencia del gremio y del movimiento obrero. La burocracia está muy preocupada por esa posibilidad, ésa es una de las razones por las que pone tanto empeño en destruirnos. Perdieron Ecotrans, perdieron la 60, perdieron algunas líneas chicas. Algunos compañeros del Cuerpo de Delegados me dicen: "Hablamos cuando me traigas cinco líneas de colectivos". Les contesto que no es cuestión de que yo las traiga, hay que ir por ellas. Si nunca sacamos un volante del Cuerpo de Delegados dirigido a las líneas, no se puede dar por liquidado un proceso que ni siquiera empezó. Recuperar la UTA es nuestro gran objetivo.

¿Se nacionalizó Sidor?


La Asamblea Nacional declaró a la siderúrgica Sidor de "utilidad pública", el Ejecutivo de Venezuela promulgó la declaración, la Corte la refrendó y Chávez fue a la planta a proclamar el hecho e incluso a cambiarle el nombre a la empresa ¿Pero se nacionalizó Sidor? De acuerdo con Página/12 (12/5), el objetivo sigue siendo mantener la participación de Techint en un 20%, y en la comisión designada para la transición figuran representantes del pulpo. Si Venezuela se queda con el 60% de las acciones, no tendríamos una nacionalización sino una ampliación del capital del Estado en una empresa con fuertes intereses privados y, por otro lado, el mantenimiento del capital de un pulpo internacional que cotiza en las Bolsas de los principales mercados. Como el interés del inversor privado no es cobrar los dividendos que pueda pagar la empresa sino participar en su operatoria, que es la que produce todas las grandes ganancias ocultas, la ampliación del capital público equivaldría a un pacto de negocios entre el capital privado y el Estado. El estado bolivariano y Techint seguirían siendo socios, para mayor tranquilidad de los Kirchner y de los Lula. El boletín oficial de Argentina, Página/12, tituló a la nacionalización: "Techint, socio de la revolución".
¿El Estado, capataz; Techint, co-gerente?
Para añadir mayor confusión a lo que está ocurriendo, el gobierno de Venezuela informó que lo que ahora se convertirá en Siderúrgica Socialista Alfredo Maneiro formará una empresa conjunta con PDVSA, con la finalidad de proveer a ésta de tubos sin costura para la explotación petrolera. Pero la que fabrica esos tubos en Venezuela es otra empresa de Techint, Ivecsa, que no ha sido nacionalizada, ni totalmente ni en forma parcial. El interés de Techint en continuar en la Siderúrgica obedece a que ésta provee aceros a Hylex, una subsidiaria radicada en México. En tales condiciones, aun con una participación de capital reducida, Techint mantendría la unidad operacional de su emporio y, por lo tanto, de su capital. El anuncio de la nacionalización que no es tal no movió para nada la cotización de Ternium-Techint en las Bolsas internacionales. Si las cosas quedaran así, Chávez se estaría encargando de las relaciones laborales de la Siderúrgica y Techint de los negocios. La ‘dream factory' para un capitalista.
O sea que las negociaciones continúan acerca de una posible participación de Techint. El otro punto a tratar es el precio a asignar al capital de la Siderúrgica, para determinar cuánto habría que pagar a Techint por la parte que vaya a ceder. La controversia es curiosa, porque se supone que el capital de una empresa está determinado en sus libros. Pero Techint tiene su propio cálculo, que deriva de las ganancias esperadas en un período de años. Lamentablemente, el pulpo no aplica este criterio para pagar los impuestos. Chávez cree que el precio es otro. En ninguno de los dos casos se ha partido de una auditoría de la empresa, que ha sido acusada de múltiples fraudes, como por ejemplo numerosos pasivos ocultos, en especial por incumplimiento de las leyes laborales e incluso el no pago de dividendos a los trabajadores con participación accionaria en la empresa. Es claro que esto se resolverá mediante una prueba de fuerza, en la cual intervendrán los trabajadores, sin ninguna duda, y los gobiernos ‘amigos' del Mercosur donde está instalada Techint, por el otro lado. Para que se arribe a un acuerdo importará tanto la valuación del capital como el modelo de negocios que se pacte. Hasta aquí estamos lejos de una nacionalización. Es decir que la nacionalización es una lucha que no está acabada.
‘Empresa socialista'
Pero si la nacionalización no llegó aún, el socialismo ya está instalado. La Alfredo Maneiro, ha dicho Chávez, deberá ser una "empresa socialista". Obviamente, una empresa no puede ser nunca socialista, porque supone un medio social e histórico capitalista (donde una empresa compite con otra). La competencia capitalista la obliga, a la larga, a ser igualmente capitalista. O sea que los trabajadores deberán seguir luchando por sus reivindicaciones dentro de la "empresa socialista". Precisamente para hacer frente a esta contradicción, Chávez exhortó a los trabajadores a superar la mentalidad corporativa (reivindicativa). Este punto lo ha llevado de entrada a un choque con los nueve mil trabajadores tercerizados, que reclaman revistar en la nómina de la "empresa socialista". El convenio de trabajo suscripto hace una semana con la dirección sindical solamente prevé el traslado de 600 obreros que trabajan para contratistas. Algún medio bolivariano insinuó que las contratistas podrían convertirse en cooperativas, para completar la idea socialista de Chávez. Pero con esto darían un paso atrás respecto del capitalismo, porque deberían hacerse cargo de promover su propia explotación. El chavismo ha buscado desarrollar este sistema en numerosas empresas, con el resultado señalado.
En los festejos por la nacionalización que todavía no se ha producido, Chávez reprochó a los trabajadores la falta de empeño de ellos para luchar contra la privatización que se produjo en 1997. Intentó de ese modo de ponerse al frente de un proceso que lo tiene muy atrás, porque demoró diez años en nacionalizar y porque en todo este tiempo refinanció deudas de Techint y le subsidió el mineral de hierro. Lo más grave es que apoyó al pulpo contra los trabajadores durante los dos años de lucha por firmar el contrato de trabajo ysolamente cuando fracasó en este intento largó el planteo de nacionalizar. Chávez ha intervenido en calidad de árbitro de un gran conflicto social, que es lo que ocurrió en la Siderúrgica; ha golpeado (veremos hasta dónde) a Techint, para poder retomar el control laboral, social y político de este gigantesco conglomerado productivo (e incluso del movimiento obrero).
"Comunidad organizada" (J.D. Perón)
Esta tentativa de disciplinamiento del movimiento obrero se manifestó en el planteo del Presidente el 30 de abril pasado, cuando llamó a los dirigentes sindicales a unirse "dejando de lado el personalismo". Hasta diez días antes había fogoneado a su ministro de Trabajo, Rivero, para que impusiera un arbitraje en Techint y para declarar formada una central sindical con la agrupación oficialista Frente Sindical de Trabajadores Bolivarianos. El fracaso oficial en la ex Sidor eyectó del ministerio a Rivero y mandó a mejor vida a su pseudo central. Chávez se vio obligado a girar su mirada hacia la izquierda con el propósito de incluir a los dirigentes siderúrgicos del Sutis en un nuevo arreglo sindical. En el destino de la ex Sidor el gobierno juega una nueva tentativa de regimentación, tanto laboral como social. El despliegue personal de Chávez en la ex Sidor, al igual que sus discursos imperativos, responden a un plan político que apunta a un control estatal del movimiento obrero.
La corriente política que encabeza el dirigente sindical crítico de Chávez, Orlando Chirino, caracteriza que la derrota del referendo de diciembre último fue "una victoria popular" que ha inclinado el tablero del país hacia la izquierda. Se trata de un planteo sorprendente, porque la única fuerza que lideró el rechazo al referendo fue la derecha (decir que la izquierda que impulsó el No fue una minoría sería incluso una exageración). A partir de la victoria del No el régimen se ha derechizado: hay aumentos de precios de los productos básicos, un enorme endeudamiento público para financiar el mercado paralelo y hacer bajar el dólar, se intentó imponer las posiciones de Techint, hay una enorme regimentación en el PSUV, etc. El 1º de Mayo pasado fue una jornada desmovilizadora y despolitazada. Las movilizaciones populares fueron escasas y la mayor parte de ellas las impulsó la derecha. Chávez ha puesto todo su empeño en ganar las elecciones estaduales y municipales de noviembre próximo, para nada en impulsar una movilización popular. La victoria de los obreros de Sidor en la lucha por su convenio y la pseudo nacionalización de la empresa solamente puede transformarse en una tendencia general si el movimiento se extiende más allá en la clase obrera y sirve de ese modo para estructurarla políticamente; es decir, con independencia del nacionalismo. Las corrientes sindicales de izquierda que se encuentran en el PSUV se están adaptando, en cambio, como lo han hecho repetidamente en el pasado sin éxito, a la nueva tentativa de cooptación del gobierno chavista.

¿Por qué no hablan de esto los ‘intelectuales’ K?


El ‘tren bala’: un ojo de la cara

Mientras Ricardo Monner Sans y Mario Cafiero se apersonaban a Tribunales para hacer una denuncia penal contra el contrato para desarrollar el ‘tren bala’, desde el lugar menos pensado venía la confirmación de que su costo no son los dos mil o cuatro mil millones de dólares que difundió el gobierno, sino entre 13 mil y 15 mil millones de dólares. Esto lo reconoce Sergio Rojas, director del Consulting Ferroviario, en El Cronista del miércoles 7 de mayo, en un artículo que revela su condición de lobbysta del grupo capitalista interesado en la construcción.
Rojas pondera “el desarrollo tecnológico que se dará en la Argentina a la industria ferroviaria local” y hasta la posibilidad de que participe en el mercado regional. Sin embargo, no ofrece ninguna evidencia para ello, y esto por una razón elemental: el susodicho tren es un paquete financiero-tecnológico monopolizado por un par de pulpos.
Desde otro lugar sorprendente, el ‘neo-liberal’ Manuel Solanet, ex funcionario de dictaduras y democracias, señala que la financiación “es cara”, en el mismo diario del martes 6. Ocurre que a cambio de un crédito de 2500 millones de euros, el gobierno deberá entregar al banco una emisión de títulos públicos en dólares, como garantía, que pagará por lo menos el 15 por ciento de interés anual; esto es precisamente lo que lleva al costo final de alrededor de 15000 millones de dólares. En la tasa de interés del préstamo se incluye una prima para cubrir un eventual ‘defol’, que hoy es excepcionalmente elevada debido a la crisis internacional y lo es aún más para Argentina, cuya deuda pública se cotiza en estos momentos a precios de ‘defol’. Precisamente a causa de esto “se paralizó el proyecto de tren bala por la tensión en los mercados” (El Cronista, 14/5).
El gobierno del ‘desendeudamiento’ pretende aumentar la deuda pública en un diez por ciento detrás de este proyecto. Como hace dos años la actual Presidenta dijo, en un viaje a Francia, que si ella fuera francesa sería “bonapartista”, debemos concluir que ha tasado muy alto la compra de ese título imperial.
El negociado del ‘tren bala’ ha vuelto a poner la luz sobre el derrumbe del sistema ferroviario. Pero su reestructuración no es viable cambiando de destino el aumento de la deuda externa destinado al ‘tren bala’, reparando vías o comprando vagones en desuso a España; ni siquiera sería correcto mantener la traza actual, que converge al puerto de Buenos Aires. O sea que se trata de una tarea de magnitud, que requiere la reestructuración del sistema de transporte en su conjunto, de modo de articular sus diferentes expresiones. La tarea solamente puede ser llevada adelante por el poder público, por una parte nacionalizando el conjunto del sistema ferroviario y haciendo lo mismo progresivamente con el resto del sistema de transporte.
Por otro lado, esta reestructuración requiere de un fondo de capital que solamente puede venir de un impuesto extraordinario a las ganancias capitalistas. El plan de reestructuración ferroviaria plantea un desarrollo planificado de la industria local y la articulación del comercio de Argentina con las naciones que estuvieran en condiciones de proveer la tecnología de última generación. En lugar de la defensa del mercado de futuros de los granos, se impone la necesidad de acuerdos de exportación-importación que sean funcionales a la industrialización ligada al transporte. Sin medidas de fondo contra el monopolio capitalista, la declinación del sistema ferroviario y la anarquía del transporte son inevitables, del mismo modo que el costo que de ello se deriva y que pagan los trabajadores.

El Bicentenario se quedó en llanta

El pomposo Pacto del Bicentenario quedó flotando en el vacío, y no sólo por el nuevo paro de la patronal agraria. El 2010 los encontrará más divididos que en los últimos doscientos años. Hasta la Unión Industrial avisó que no firmaría el acuerdo sin la presencia del "campo". La misma posición adoptaron las cámaras de la banca y del comercio. Después de semejante recule no se entiende lo que quiso decir la Presidenta sobre su capacidad de ‘aguante'.
Ignacio de Mendiguren, vicepresidente de la UIA, reclamó al gobierno "que llegue a un acuerdo cuanto antes" con los empresarios del campo (La Nación, 12/3). La plegaria viene del representante más típico de la burguesía devaluacionista, que se subió al poder luego de la caída de De la Rúa. De Mendiguren oficia, de este modo, de lobbysta de la "puta oligarquía". A unos y otros, de todos modos, no sólo los une una nueva devaluación de la moneda: la industria de la indumentaria, que preside Mendiguren, tiene al 78% de sus trabajadores en negro. Muchos de ellos, inmigrantes en condiciones de semiesclavitud. No demasiado lejos del 70% de obreros rurales.
Mientras la UIA fogoneaba por el campo, los gobernadores de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos recibían a los dirigentes agrarios y volvían a expresar el reclamo contra las retenciones móviles. Si Scioli no se sumó personalmente a ese lobby, sólo fue para no precipitar una crisis política más aguda.
La "operación clamor" en favor del capital agrario sumó a toda la oposición parlamentaria, pero no sólo a ella. En la noche del martes, en un programa televisivo, Aníbal Ibarra, legislador de Carlos Heller y del Banco Credicoop, se añadió al pelotón: "ceder no es dejar de gobernar", dijo. La disgregación política del frente oficial es manifiesta ¿Qué pensar de un gobierno que se deja representar exclusivamente por D'Elia y Pérsico y por Pablo Feinmann y Nicolás Casullo?
"¿Burguesía nacional? Aquí la tienen"
El gobierno ha vuelto a decir que dará lugar al ‘mercado de futuros', una contraseña para reducir las retenciones y limitar su movilidad. Atrás de esto viene una liberación de tarifas y de precios, como ya ocurre con el alevoso aumento de las naftas. Una mayor devaluación de la moneda está en carpeta, aunque el gobierno quiere primero controlar la corrida del mercado de cambios, que se ha llevado unos 1.500 millones de dólares en una semana. Así como el salteño Urtubey ya salió a hacer un canje de la deuda externa de su provincia, los K pretenden hacer algo similar con la deuda nacional indexada por el CER. Para eso tendrán que admitir una tasa de interés mayor: los títulos de garantía por el préstamo para el tren bala superan el 15% en dólares.
La clase social que dejó al país sin petróleo, sin gas y sin trenes ha descubierto que el "gran eje" de la reconstrucción nacional ahora pasa por la soja. El intendente de Pergamino, el radical "K" Gutiérrez, lo dijo sin pelos en la lengua: "¿No querían construir una burguesía nacional? Muy bien, aquí la tienen. Es este gran abanico de empresarios agrarios". Un economista de la CEPAL, cuna del "industrialismo", no vaciló en reclamar que "el campo" reciba los precios internacionales, proveyendo una canasta de alimentos para los más pobres (Clarín, 7/4).
Después del enésimo fracaso en alcanzar un desarrollo autónomo, la burguesía nacional quiere colgarse del boom sojero, un "desarrollo" que exige la expulsión de los campesinos pobres de sus tierras, mayor concentración agraria, depredación del suelo y completa dependencia de las multinacionales agroquímicas.
Los piquetruchos podrán agitar la bandera "patria o pueblo", pero los intereses oficiales son muy diferentes. El gobierno quiere las retenciones para pagar la deuda externa: "apuesta a pagar los vencimientos de este año con los fondos acumulados...del sector público nacional" (La Nación, 13/5). Un nuevo préstamo de Chávez también luce difícil porque el gobierno de Venezuela acaba de emitir una fuerte cuota de deuda pública para financiar la importación y bajar la cotización del dólar paralelo. Esta situación explica que, en el primer cuatrimestre, "el gasto público fue inferior al presupuestado", que hubo "menor obra pública" y "menores transferencias a las provincias" (ídem). El gobierno sigue metiendo los garfios en la Anses, que "seguirá prestando a un dígito cuando los rendimientos de los títulos en pesos superan el 15%" (ídem).
Cortinas de humo
Quien está "trabajando" por un nuevo acuerdo con la patronal agraria es el mismísimo De Vido. El jefe de los gurkas oficiales prepara "un cambio en el régimen de retenciones que permita el funcionamiento de los mercados a futuro" (El Cronista, 13/5). Es la gran reivindicación que une a la patronal agraria, desde el especulador de Chicago hasta el chacarero maoísta que se tropezó con el PCR.
Es muy simple: los especuladores están pagando una prima por los contratos de entrega futura de mercadería. Los precios se han despegado de los costos de producción y hasta de la oferta y demanda de granos, y han pasado a ser determinados en función de pronósticos sobre el dólar o la cotización esperada de los minerales y el petróleo. Por eso, cuando el diario Crítica (11/5) le preguntó al agrarista Buzzi "¿cuándo se van a separar de ellos" (por los pool de siembra)?, el ‘progre' del campo respondió: "En cuanto podamos". Es decir, por ahora no, por ahora seguimos apretaditos con los grandes pulpos; quizá nos separemos cuando los precios bajen y los especuladores se interesen por otras fechorías. Las menores retenciones agrarias que tiene en la cabeza De Vido serían, con todo, solamente la punta de lanza de "una reforma integral que alcanzaría también al petróleo y a los minerales" (El Cronista, 14/5). O sea que se viene una jauja petrolera que, para el intelectual piquetrucho Verbitsky (Página/12, 12/5), sería la condición para terminar con el desabastecimiento de crudo a las refinerías.
Mientras tanto, según la Sociedad de Estudios Laborales, hay cuatro millones de pobres más que hace seis meses. Las "salidas" capitalistas echan más nafta al fuego de esta crisis social: más carestía, más caída del salario y de las jubilaciones y mayor degradación de la educación y de la salud.
La pregunta que se hacen todos los ‘operadores del mercado' - ¿cómo tenemos esta crisis con una economía floreciente?- revela el desconcierto del capital ante su propia actividad. La disparada de los precios de los alimentos es expresión de medio siglo de estancamiento agrario y desinversión. También es producto de un desplazamiento del capital especulativo hacia la especulación con las materias primas, desde los mercados de hipotecas y de fusiones de empresas que se encuentran en quiebra. "Los inventarios de metales industriales y de granos han caído a niveles de varias décadas" (Lex, Financial Times, 8/5). "Esto significa", continúa el especialista, "que el mercado solamente puede ser enfriado, realistamente, desde el lado de la demanda". En otras palabras, que la disparada de los precios culminará con un derrumbe del consumo.
Los trabajadores nos tenemos que defender de este nuevo ataque con la conciencia de que se trata de una tentativa de descargar la crisis del capital sobre nuestras espaldas.

Agrarios, industriales y banqueros


SE REARMA EL FRENTE PATRONAL

El gobierno del 45 por ciento de los votos se quedó sin resto. El relanzamiento del partido justicialista resultó un soberano aborto: el malo de la película ni tomó el micrófono y, al final, las patotas que violan todos los días la democracia sindical volvieron a las trompadas. El pejotismo reflejó el aislamiento del gobierno frente al conjunto de la patronal y los reclamos del capital agrario. Este aislamiento expresa el agotamiento del ‘modelo productivo' de flexibilidad laboral y devaluación del salario. Hasta los amigos del matrimonio que revistan en la Unión Industrial y en la Asociación de Bancos les dijeron que se bajen a pactar una reducción de las retenciones a las exportaciones agrícolas. Lavagna les aconsejó que se conformaran con una retención tope.Schiaretti, Reuteman, Solá, Busti y hasta Scioli se pasaron de lado.Los especuladores le movieron el dólar y le sacaron 1500 millones de reservas en un par de días. ¿Cómo negarse a bajar las retenciones si las naftas van subiendo todos los días animadas por un guiño del gobierno? Si el Banco Central vende dólares a futuro en Nueva York, ¿cómo resistir la demanda de los chacareros, de los terratenientes y de los pulpos de siembra para que se eliminen las retenciones móviles y se pueda volver a negociar en el llamado mercado de futuros? "Mercado de futuros": se ha convertido en el sorprendente nuevo invento argentino y en la gran consigna ‘nacional y popular' de la rebelión agraria. Es precisamente la especulación de los fondos financieros en esos mercados lo que llevó por las nubes los precios de los alimentos y creó una crisis mundial que afecta a los pueblos más pobres. "Los Fondos de índices de materias primas controlan un récord de 125 millones de toneladas de maíz, trigo y soja mediante futuros que cotizan en el mercado de Chicago, equivalente a la mitad de la cantidad almacenada en los silos de Estados Unidos" (Ambito Financiero, 30/4)."Estas compras hicieron que los precios de las cosechas y la volatilidad se dispararan a precios récords". "La demanda de futuros sobrepasa a los precios en efectivo". Vía libre al "mercado de futuros" fue, sin embargo, la promesa de Alberto Fernández hace diez días a los ruralistas y agraristas. También es la consigna con la que la Presidenta vuelve a llamar al ‘diálogo' y a recrear la ‘concertación plural'. Naturalmente, la factura la pagará el pueblo! ¡La pagarán los campesinos que serán expulsados de la tierra por el avance del capital sojero! La pagarán también todos esos pichones de capitalistas que se aliaron con la Sociedad Rural y los pulpos agro-financieros con el reclamo del ‘mercado de futuros', cuando los precios empiecen a retroceder y no tengan cómo hacer frente a la competencia de sus aliados. En ese momento reclamarán que los defienda una Junta de Granos con el dinero de los trabajadores. Se ha abierto una crisis política de orden general que los luchadores debemos aprovechar para organizarnos en una fuerza independiente masiva y para ganar para nuestra lucha a los explotados de la ciudad y del campo. La consigna de la hora es: ajuste de salarios por inflación, que ninguna paritaria pacte por menos del 30%, que se reabran las paritarias que entregaron los convenios, que se convoquen asambleas y congresos de bases en todo el movimiento obrero. Ajuste de salarios y jubilaciones por inflación, que ninguna paritaria pacte por menos del 30 %. Salario mínimo equivalente a la canasta familiar. Jubilación del 82% móvil. Reapertura de las paritarias con delegados electos por la base. Que se convoquen a asambleas y congresos de bases en todo el movimiento obrero. Nacionalización de los bancos y de las AFJP, bajo control de los trabajadores. Nacionalización de los pulpos agrarios, de los puertos privatizados y del comercio exterior, defensa de los campesinos contra las expulsiones de las sojeras. Derogación de la ley del peón rural, vigente desde la dictadura.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Clarín y el gobierno



Una pelea entre dos manipuladores

El gobierno ha desatado una campaña mediática contra el diario Clarín acusándolo de tergiversar la realidad, especialmente frente al conflicto del campo. En la avalancha de declaraciones que tuvo como protagonistas a la presidenta, a su marido, al verborrágico D'Elía y hasta a Federico Schuster, el decano ultrakirchnerista de la Facultad de Ciencias Sociales, también se acusó al multimedios de "monopolio" y de "controlador y manipulador de la opinión pública", entre otras lindezas correctamente aplicables al grupo de la Noble, Magneto y compañía.
Claro que esta mediática y teatral campaña oficial esconde el maridaje entre el grupo Clarín y el gobierno de los Kirchner, que se extendió a lo largo de los cuatro años de gobierno de Néstor y el inicio del que encabeza Cristina, quienes, como parte de los amores, apuntalaron el fortalecimiento del monopolio. El matrimonio oficial es el que, en mayo de 2005 prorrogó por 10 años extras -y bastante antes de que se vencieran- todas las licencias de televisión y radio que, por ejemplo, en el caso de Canal 13 (de Clarín), le permite al grupo mantenerla hasta 2025. Como resultado de la misma resolución, radio Mitre, también de Clarín, mantendrá la frecuencia hasta 2018.
Además, el gobierno de los Kirchner es el que dejó correr la compra de Cablevisión por parte de la Noble y Magneto. Junto con Multicanal, que ya pertenecía al grupo, ahora Clarín maneja el 80% del cable del país y tiene un monopolio aplastante en la Capital y el Gran Buenos Aires.
Todo esto justificado entonces por Néstor Kirchner con el argumento de que en el gobierno "queremos los medios en manos de empresarios nacionales, como ocurre en los países más serios del mundo". Claro que, valga el recordatorio, esto lo dijo minutos después de firmar el decreto que también extendía hasta 2025 a los españoles de Telefónica la licencia de Canal 11, y por diez años extras las de radio Continental y FM Hit, que están en manos de la misma empresa. Y lo mismo sucedió con las de los mexicanos del monopolio CIE, que explotan cinco radios, entre ellas la Rock & Pop.

Todos manipulan

Otro aspecto que esconde la campaña oficial es el papel de los medios como tergiversadores de la realidad. Porque esto no abarca sólo al grupo Clarín. En manos de capitalistas o de gobiernos que representan sus intereses, todos los medios son manipuladores de la realidad. Esto porque las informaciones que se publican y las que se ocultan, y el ángulo con el cual se presentan, están directamente vinculados con la defensa de sus intereses, individuales o de conjunto. ¿Acaso no es un gran ejemplo de esto la forma sistemática en la que se ataca y se demoniza desde esos medios la protesta social cuando ésta atenta contra intereses políticos o empresarios? Y esto no es privativo de Clarín sino que se aplica a todos los medios oficiales y las empresas privadas del sector. Los cortes de ruta o de calles por parte de los desocupados que reclaman trabajo son, para La Nación y Hadad, y también para Crónica y Diario Popular, Canal 11 y, claro, Ambito Financiero, un atentado a la libertad de circulación y a la paz social que, para ellos, están por encima de las necesidades más perentorias de la población. La campaña oficial esconde también la tremenda tergiversación, censura y represión que se lleva adelante en los medios oficiales para que la "la única verdad" no sea "la realidad" sino la que quiere mostrar el gobierno. Éste maneja la mayor agencia de noticias del país, Télam, que con este gobierno, según denuncian los propios trabajadores de la empresa, ha llevado al paroxismo el nivel de ocultamiento y tergiversación de la realidad.
Para la agencia, no existieron los cacerolazos del Barrio Norte ni la manifestación de apoyo al sector agrario en Plaza de Mayo hasta que llegó el "libertador" D'Elía. En Télam, Canal 7 y radio Nacional, el horrorosamente manipulado índice del costo de vida del INDEC no sólo es incuestionable sino que no aparece como descalificado por nadie, cuando es tapa de los diarios y recibe cuestionamientos desde la población que va al supermercado hasta de los acreedores externos, que quieren que sus bonos indexados por inflación les rindan aún más. Para los "plurales" medios oficiales, escasamente existe la protesta social y mucho menos la izquierda. Y ni siquiera los políticos opositores de centroizquierda o de derecha. Pero, además, en esos medios, no se permite el disenso si éste tiene cierta repercusión. Así es que Víctor Hugo Morales fue despedido de Canal 7 por tener una actitud de relativa independencia respecto del gobierno, y los compañeros de Télam plantean que el nivel de censura es tan grande que un alto porcentaje de las notas que preparan diariamente va a parar al cesto de residuos por cuenta y orden de la dirección de la agencia.

El "Observatorio" o el zorro y las gallinas

Quienes defienden al gobierno y se alinearon con él contra el monopolio de Clarín han apoyado la formación del "Observatorio de Medios" planificado por el matrimonio presidencial, cuyo objetivo sería "controlar" que los medios "no tergiversen la realidad". El presente de los medios oficiales muestra claramente que esto es como pedirle al zorro que cuide al gallinero. Por si los ejemplos porteños no alcanzaran, los Kirchner tienen el antecedente de su política en Santa Cruz. Allí prácticamente todos los medios están bajo el control directo del poder presidencial, ya que el renombrado Ruddy Ulloa, ex chofer de la familia presidencial devenido millonario, es propietario de la FM del Carmen, el Periódico Austral y Canal 2, manipula hasta el absurdo la realidad y persigue a todos los críticos del matrimonio Kirchner y su entorno.
El único objetivo del "Observatorio" es ponerle un cerrojo a cualquier expresión de oposición política al gobierno.
Pero las grandes empresas de prensa y el gobierno -como sucede con el gobierno y los empresarios del campo- enfrentan crisis que son coyunturales y a la larga acuerdan, porque tienen intereses básicos comunes. Si al "Observatorio" se lo "observa" en esta perspectiva, lo que quedará en pie será la censura a las manifestaciones populares, de protesta y de oposición al gobierno.

Nuevo ataque a los feriantes del Parque Centenario


BASTA DE REPRESION Y PERSECUSIONES

El día domingo 11 de mayo por la tarde en el momento en que los feriantes del Parque Centenario, instalamos nuestras mantas para poder vender nuestras pocas cosas que tenemos para de este modo poder para la olla en la semana, la policía levanto un puesto con excusa de estar prohibido vender discos “piratas” (grabados). Con dicha excusa además de levantar el puesto intentaron desalojar varios más atacando físicamente a los delegados y trabajadores de la feria, tratando de detenerlos por la fuerza. Incluso intentaron llevarse detenidos a varios compañeros, cabe resaltar que todo el personal policial se encontraba sin identificación tanto oficiales como suboficiales y como sabemos a la policía se la paga para que combata la delincuencia y la corrupción, y sirva a los ciudadanos. No creemos que cobren para reprimir de tal modo que llevo a un suboficial bajo el mando de oficial subinspector Mutto a cargo del servicio a quebrarle una costilla a una compañera con el agravante que esta es discapacitada.
El ataque represivo sufrido el 11 de mayo no es un hecho aislado, debemos recordar que los feriantes venimos dando grandes luchas, con cortes de calles y movilizaciones contra el código contravencional que busca impedirnos trabajar de forma libre con la excusa de realizar reventa. Nos atacan a los feriantes del Parque Centenario, al igual que a los desocupados de Bajo Flores, Parque Patricios, Parque Rivadavia y la peatonal Florida porque nos negamos a pagar las coimas a punteros políticos, policías y al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para poder tirar un paño y vender por mera subsistencia. Debemos recordar que después de la aplicación después de la aplicación del nuevo código contravencional se han generado ferias con “permisos virtuales” otorgados por el gobierno son centralizados en “mutuales” y “cooperativas” que lucran con los desocupados.
En el caso especifico de los feriantes del Parque Centenario hemos venido intentando reiteradas veces reunirnos con el gobierno de la ciudad, e incluso hemos presentado proyectos y propuestas tendientes a solucionar y mejorar las condiciones laborales en la feria, y siempre fuimos ignorados. La respuesta del gobierno de la ciudad y de la policía federal sigue siendo la represión a los trabajadores. Frente a esta situación llamamos a los vecinos y trabajadores del Parque Centenario a que nos apoyen en esta lucha.
Y planteamos:
- Abajo el código contravencional.
- La libertad de trabajo no se negocia.
- Trabajo genuino para todos.
- Basta de represión y persecución.
A su vez resaltamos la colaboración de los vecinos y gran participación de las mujeres que con su lucha evitamos la detención de uno de nuestros compañeros.

Asamblea de feriantes de Parque Centenario en Lucha