lunes, 16 de febrero de 2009

Debate: Proyecto Sur reclama “paz en Gaza” *

El 21 de enero, el partido comunista, Proyecto Sur (Lozano, Solanas), el Partido Humanista y el Partido Solidario (Carlos Heller) eligieron la esquina de las calles Palestina y Estado de Israel para un acto por la "paz en Gaza" - una forma de dar a entender que, primero, hay una guerra, y, segundo, que hay dos responsables. Por eso los susodichos no vinieron a las manifestaciones populares que se hicieron frente a la Embajada de Israel. Hace dos años y medio, el rabino Bergman hacía lo mismo, un acto ‘por la paz' en el Líbano. Mientras los aviones sionistas bombardeaban el país de los cedros (excluyendo solamente a los barrios ricos de Beirut), el rabino juntaba firmas y soltaba palomas de blanco inmaculado. Hizbollah debía dejar de resistir y los F 16 probablemente dejarían de volcar su carga mortuoria.
La consigna de la paz tiene como sesgo reaccionario colocar en el mismo plano al opresor y al oprimido. Es un llamado a que hagan, precisamente, ‘las paces'; que ‘se entiendan', que ‘transen'. Que retornen, después de la masacre y de los crímenes de guerra, al ‘status quo ante', cuando Gaza era una prisión a cielo abierto, el sionismo destruía sus cultivos y prohibía las importaciones y exportaciones, armaba a los grupos de tareas de Al Fatah con la intención de promover un golpe de Estado en la Franja , mantenía la vigilancia desde el cielo con radares y aviones, y con Egipto en la frontera de Rafah. Es la paz del ‘punto final' y del ‘indulto'. Durante 22 penosos días tampoco hubo una guerra, como dicen los ‘pacifistas', sino una masacre, porque el arsenal de uno y otro eran hartos diferentes. ¡Qué rápido olvidaron que la dictadura también pretendió que había librado una guerra, para escamotear la acusación de terrorismo de Estado! Ni siquiera la esquina elegida empareja la cosas, porque una es una calle y la otra una avenida.
No es la ‘paz' lo que hay que reclamar sino la satisfacción de las reivindicaciones de los oprimidos: retiro de las tropas, apertura de las fronteras (de Israel y de Egipto) y reconocimiento de la soberanía marítima, destrucción del muro del Apartheid, destrucción de todas las colonias sionistas construidas sobre los territorios ocupados, libertad de los presos políticos palestinos en las cárceles israelíes, derecho de los palestinos a retornar a sus hogares y a recuperar las tierras de las que fueron expropiados en estos sesenta años, castigo por los crímenes de guerra e indemnización a las víctimas. No es un programa bolchevique, debería poder suscribirlo cualquier demócrata. La ‘paz', en cambio, es la manutención del estado de opresión y, por lo tanto, la causal de nuevas masacres.
Los ‘pacifistas' de la esquina de Almagro también muestran la hilacha por otro lado. Reclaman la "paz en Gaza", no mucho más, no sea que se los confunda. No en toda la Palestina , pues suponen naturalmente que el Golán y Cisjordania ya se encuentran ‘pacificadas'. En efecto, entre las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina , formadas por Israel y Estados Unidos, de un lado, y el muro de la vergüenza, del otro, en Cisjordania reina, por el momento, una paz sepulcral. En la frontera acechan las bombas de fragmentación o uranio empobrecido, y el fósforo blanco.
¿Qué se desprende de todo esto? Que los de Proyecto Sur y compañía se han esforzado por mostrar el mejor rostro posible al sionismo local, del cual esperan sus votos, dadas las circunstancias. Es la crítica de los amigos, esos que se quejan por las masacres desproporcionadas y excesivas ("la violencia belicista (que agrava) el conflicto con un alto costo para los (¡!) pueblos", dice su proclama) y que exigen seguridad para el único que goza de ella, Israel (que tiene el quinto Ejército del planeta y el cuarto servicio secreto y de tareas), y las mejores maneras en la mesa a los que han sido expropiados y erradicados. Tuvieron el infortunio de reclamar "el retiro de las tropas israelíes" cuando los preparativos de las fiestas de Obama ya las habían forzado a replegarse.

* Publicado en Prensa Obrera Extra On Line número 3, febrero 2009.

¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO!

No hay comentarios: