domingo, 15 de febrero de 2009

Ahora el gas: La confiscación sigue

Han comenzado a llegar las boletas de gas con los aumentos aprobados por el gobierno a partir de septiembre de 2008, que superan el 200%. Afectan a toda familia que consuma más de 800 m3 anuales. Una familia tipo con dos hijos que usa una cocina, un calefón o termo-tanque y enciende sólo una estufa tiene un consumo aproximado de 1.000 m3. Según Deuco -una organización de consumidores-, el aumento afecta al 90% de la población.
El aumento incluye un cargo creado para solventar las importaciones de gas. Usando una vara distinta, el gobierno anunció, en paralelo, "la puesta en vigencia de un régimen de precios libres para la producción adicional de gas, obtenida al margen de los yacimientos y pozos actualmente en explotación". El plan, llamado Gas Plus, "mereció la inmediata adhesión de las productoras petroleras" (Página/12, 11/3/08).
En la boleta de gas que recibe el usuario de la provincia de Buenos Aires existe el impuesto al consumo de gas, un 9% de la facturación del servicio que debía ser volcado a la construcción de redes de gas en las localidades. Estos recursos, sin embargo, ni siquiera son usados con ese fin. Van al pago de la deuda fraudulenta de la Central Piedrabuena, mientras el 44,24% de los hogares de la provincia no cuenta con gas natural. Lo que permite que continúe el negocio de la garrafa, que se llega a vender hasta 35 pesos y constituye el producto que más ha acrecentado su costo desde 2001. "El gas licuado de petróleo (GLP) envasado en garrafas de 10 kilogramos representa entre el 50 y 60% del gasto total de los servicios públicos elementales en hogares de bajos recursos"

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